Primer Festival Amazónico de la Tradición Oral y la semilla:
“La semilla y la palabra”, tendrá lugar en la comunidad de Lushian Mariposa, cantón Archidona, Provincia de Napo, desde el día viernes 31 de marzo al domingo 1 de abril. Será la oportunidad de seguir caminando juntos.
Procura tú que tus coplas
vengan al pueblo a parar
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.
Que el fundir el corazón
con el alma popular,
lo que se pierde de nombre,
se gana de eternidad.
Manuel Machado
“La noche parece venir oscura”, dice mi abuelo mientras deshace entre sus dedos el tabaco recién cosechado que pretende poner a secar para que esté listo para las fiestas.
Mi abuela con las fibras de chambira que se entrecruzan entre sus dedos de sus manos viejas levanta la cabeza y dice: “la noche está en silencio, parece anunciar las lluvias”.
Y como es costumbre por estas tierras cálidas y solidarias la oscuridad da paso a nuestra memoria, a nuestra historia, a nuestra palabra… yo me acomodo frente al fogón.
“Cuando el silencio aparece hay que escucharlo, decía mi abuela” dice mi abuelo iluminado por la tenue luz. “El silencio anuncia, así como nosotros anunciamos nuestro mañana, así ha sido nuestro caminar por estas tierras, sembramos en silencio para cosechar en fiesta”.
Mi abuela se levanta para recoger más chambira y se vuelve a sentar diciendo: “pero no sólo sembramos nuestras semillas, también lo hacemos con nuestra memoria,.por eso hay que darle la palabra al silencio así como a nuestras semillas”
Mi abuelo me mira y me señala una vasija y me dice: “El silencio ha sido nuestra mejor palabra. El silencio divide dos mundos, el mundo de lo dicho y el mundo de lo no dicho. Y así mismo es nuestra palabra y nuestra semilla. Nuestra palabra ve hacia atrás y hacia delante si se la sabe escuchar. Nuestra semilla es nuestra memoria que se resiste a no quedar sordos a nuestra historia ni ciegos a nuestro mañana. Nuestra palabra es nuestra semilla y nuestra semilla es nuestra palabra” mientras sigue enrollando el tabaco dice: “. Nuestras semillas hablan de la historia que somos pero también hablan del mañana que soñamos y construimos”.
Tomo la vasija y miro su interior, estaba vacía y oscura, mi abuelo continúa “Así es nuestra historia, nuestro camino, parece vacío y oscuro, pero está llena y tiene mucho que contar, hay que saber escuchar”.
“Pues precisamente por eso, cada tiempo nos reunimos para recoger esa memoria, esa semilla, para cuidarla, protegerla y para sembrarla y compartirla, así como la vasija, para darle forma, vida y voz a partir de esa tierra que somos nosotros mismos” dice mi abuela ya con la shigra casi terminada.
Con cierto temor pregunto: “¿y si se perdiesen las semillas?”
“Pues ya se han perdido algunas y todas valiosas” responde mi abuela con tristeza pero con los ojos llenos de esperanza. “Por eso este año hemos invitado a otras como nosotros, que están haciendo de su caminar una lucha por esa memoria y esa riqueza que aún nos queda, por esa semilla que nos habla y nos está diciendo de donde venimos y por donde debemos ir”.
“Sí” continúa mi abuelo algo emocionado y con el tabaco encendido en su mano, “Y no sólo vienen a compartir sus experiencias y sus semillas, también vienen con su memoria, con sus cuentos, sus mitos y sus leyendas, con su música y su danza que hacen lo que es nuestro camino, o sea, nuestra vida”.
Algo emocionado me acomodo y pregunto: “¿y quienes no más vienen?”
“Pues quien quiera venir, todos tenemos algo que compartir” dice mi abuela.
Mi abuelo, que se levanta como despidiéndose, dice: “Esto no es más que una parada, una estación más, de este largo caminar, sólo recogemos lo que otros y otras han sembrado y lo compartimos para que siga esta historia”.
Recuerdo lo que me decían nuestros mayores, “los sueños y la palabra son como las semillas, no están muertas y tampoco se les está enterrando, se las siembra para que florezcan”.
Entendí que era momento de soñar que nos espera largos días para preparar la bienvenida a toda esa gente rebelde y sabiendo que hay cuentos que empiezan en historias verdaderas pero también hay historias verdaderas que se originan en cuentos.
Desde el pie de monte amazónico
Fabricio Guamán
Napo, febrero 2007
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